domingo, 17 de diciembre de 2017

Tradición japonesa en Takamatsu

El viaje a Naoshima ha acumulado incidencias. La primera fue que no pudimos alquilar coche porque  descubrimos, al ir a recogerlo, que el carnet de conducir de España no es válido allí. Tuvimos que reconvertirnos sobre la marcha al transporte público. La segunda incidencia fue que el alojamiento no lo teníamos reservado en la isla sino en tierra firme, en medio de ninguna parte. Sobre la marcha, decidimos anularla y quedarnos directamente en la ciudad del aeropuerto, Takamatsu, en un hotel al lado del puerto. 

Takamatsu es una ciudad bastante grande, unos 400 mil habitantes y, aunque no tiene grandes atracciones turísticas, conseguimos sacarle partido. Enfrente del hotel teníamos el parque Tamamo, con los restos del castillo, residencias y fosos del antiguo señor feudal. Me gusta mucho esa arquitectura tradicional en madera aunque en invierno andar descalzo por esos tatamis fríos hace que pierdan parte de su encanto. El frío acompañó también nuestra experiencia del Parque Ritsurin, considerado uno de los jardines japoneses más bonitos del país. Acumula lagos, puentes, islas artificiales y vegetación variopinta. Nos gustó mucho aunque suponemos que la primavera o el verano son momentos más floridos y agradables para visitar un jardín tradicional.